Durante la madrugada de este martes, el Gobierno publicó un extenso decreto que introdujo transformaciones significativas en varios organismos del Estado. Entre los cambios más destacados, se incluyeron la reconfiguración del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), en el marco de una serie de reformas que también contemplaron disoluciones y fusiones.
Los rumores sobre estas modificaciones comenzaron días atrás, cuando se confirmó el fin de las facultades extraordinarias delegadas al Ejecutivo por la Ley Bases, cuya validez concluye este martes. Esta medida generó rechazo por parte del personal del instituto agropecuario, que manifestó su disconformidad con un corte en la colectora de la Avenida General Paz, lo que derivó en enfrentamientos con efectivos de la Policía de la Ciudad.
El INTI pierde autonomía y pasa a depender de Industria
En una conferencia de prensa, el vocero Manuel Adorni detalló los organismos que el Gobierno suprimió, fusionó o reestructuró, todos ellos señalados por representar un elevado costo para el Estado. En ese contexto, confirmó que el INTI dejará de operar como organismo descentralizado y pasará a ser una "unidad organizativa dependiente" de la Secretaría de Industria y Comercio.
Según el decreto, esta reestructuración responde a un informe interno que detectó una estructura sobredimensionada, con áreas administrativas superpuestas y escasa articulación entre funciones estratégicas y las necesidades reales del sector industrial.
El decreto N.º 462/2025, en su segundo capítulo, estableció que los ingresos provenientes de aranceles, tasas, rentas, patentes, derechos intelectuales o aportes de terceros que reciba el instituto pasarán a integrar los recursos del Tesoro Nacional. Asimismo, se habilitó al INTI a crear Centros de Investigación con respaldo técnico o económico privado, siempre bajo control y aprobación estatal.
El INV también cambia de estatus
De igual manera, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) dejó su condición de organismo autónomo y fue incorporado dentro del ámbito de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. Aunque perdió autonomía, conservará su nombre y continuará con sus funciones en certificación de productos y control técnico. Su enfoque se limitará al último eslabón de la cadena productiva, y se autorizará la delegación de tareas de certificación a organismos públicos o privados.
Reconfiguración del INTA e INPI
Por otra parte, tanto el INTA como el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) fueron transformados en organismos desconcentrados. En el caso del primero, se buscó mejorar la articulación con otras áreas del Estado y otorgarle mayor dinamismo, sin modificar sus misiones centrales de investigación, asistencia técnica y trabajo territorial.
El INPI, en tanto, continuará desarrollando sus tareas vinculadas con el registro, administración y supervisión en temas de propiedad industrial, patentes, marcas y modelos, aunque ahora bajo una nueva estructura que busca agilizar sus procedimientos y mejorar su eficiencia operativa.